Salud Pública: Decadencia humana

Hola gente, con esta serie de fotos quiero inaugurar mi página web, un sitio donde estaré compartiendo mi perspectiva del mundo. 

Escogí este trabajo por lo que representa en sí mismo, además de ser el último que hice antes de partir de Venezuela es como resumen de todo lo que en ese momento sentía viviendo allá, los colores, los planos, las escenas, el encuadre, sobre todo la lejanía con la que fotografié, aunque realmente la historia dice mucho más.

Ahora lo miro desde la distancia y siento que mi reconciliación con aquel lugar será difícil, aunque hacer público esto es el primer paso, ya que me costó bastante, pues mirarlo siempre fue difícil y mostrarlo más aún, más allá de que hemos visto vídeos, fotos, documentales, etc quizás con imágenes más fuertes, nunca será lo mismo estar en el lugar con cualquiera que sea lo que estás sintiendo y viviendo en ese momento. 

Hoy vuelvo a ver estas fotos y sé que aquella vez como me lo dijo un profesor, debí acercarme más, sin embargo, recuerdo lo complejo que fue para mí tomar la responsabilidad de este tema, fue retarme a mí misma porque las circunstancias no estaban fáciles por ningún lado ni en logística ni emocionalmente, pero era una necesidad. Siempre le huí a estas cosas, en la universidad una vez en periodismo nos mandaron a la morgue y a los 2 días yo estaba retirando la materia por segunda vez.

Con esta serie de fotos estaba vulnerando mi sensibilidad, es mi miedo genuino y mundano a la vejez, la muerte, a la enfermedad, a la decadencia… ¿cómo no me desmayé con aquel hedor que salía de la escara (tejido necrosado) donde entraba una mano completa por su profundidad? 

Fueron 3 días intensos, donde salí zombie y más existencialista que nunca…10 días después, sin tener previsto, me levanté una mañana y dije: ya no lo soporto más, yo me voy.   

Escribí una crónica bastante larga que dividí en 3 partes, así que espero que les guste y se tomen el tiempo, gracias por leerme y me gustaría leerlos también. 

La fotografía para mí, muchas veces ha sido una herramienta terapéutica, ahora que comenzaré a hacer público varios trabajos con mucha carga emocional y trasfondo personal, es un paso en pro a la reconciliación con temas, que en varios casos ya están cerrados y otros que quizás siguen ahí latente, pero que ya solo son como las fotografías a las que regreso para recordar que algún momento eso estuvo allí, dolió pero son solo eso, recuerdos, algunos a veces siguen sangrando por la herida, pero no desvían ni retienen las energías en el estanque. Sin embargo, también es un gran ejercicio de asumir la responsabilidad de exponer ciertas cosas vulnerables y exponerse a los peligros de ser juzgada por otros, pero como leí por ahí «las angustias existenciales son las que nos reconcilian con lo humano».