“Tengo dos nombres, aunque no me da vergüenza ser trabajadora sexual muchas veces lo escondo” (Entrevista)

¿Cómo se lleva una doble vida siendo trabajadora sexual? Fue una de las dudas que me surgió cuando conocí a Kinky, la protagonista de esta historia.

Hace un tiempo fui al lanzamiento de un libro de unas chicas que tienen un proyecto llamado “sola me gusto”, donde promueven el placer, la sexualidad y el deseo femenino, en ese encuentro conocí a Kinky Kitty (nombre artístico) y empatizamos rápidamente hablando de lo que nos había traído allí y al toque intercambiamos números y coordinamos para hacer unas fotos y hablar sobre su experiencia en el mundo de la venta de contenido sexual por internet. 

Por ello, me pareció conveniente en este momento compartir la entrevista, justo en estos días donde con la mayoría de la población mundial en confinamiento está usando más internet que de lo normal y buscando cosas “distintas” para hacer, en las cuales se encuentra el consumo de contenido sexual, el cual ha aumentado. 

Kinky tiene 26 años,  hace 1 año que inició este trabajo, se considera trabajadora sexual y se alegra que la organizaciones de trabajadores sexuales (TS) estén cada vez más integrando a lxs trabajadores sexuales virtuales (TSV). 

En este momento es su principal fuente de ingresos, aunque anteriormente lo llevaba a la par con su trabajo “de oficina”, decidió dejarlo y ahora se esfuerza en crear un buen contenido basado en los estudios de su mercado, lo cual le conlleva invertir mucho tiempo para poder satisfacer a sus clientes. 

¿A veces sientes que llevas doble vida?

(Risas) sí, todo el tiempo. Tengo dos nombres, aunque no me da vergüenza ser TSV muchas veces lo escondo, porque la gente tiene muchos prejuicios y puede llegar a ser inseguro.

¿Cómo pensaste el personaje? 

El personaje de Kinky Kitty nació porque cuando empecé a hacer webcam no quería que se viera mi cara, entonces me compré la máscara de gata y así empecé a hacer shows con un personaje felino y sensual.

Cómo te cuidas de los posibles abusos que se pueden cometer?

La verdad es que es complicado. Creo que nunca estamos completamente segurxs.

Me cuido no dando datos de mi lugar de residencia (que va cambiando por mi estilo de vida), no subo fotos donde se vea el barrio donde estoy, por ejemplo y le vendo contenido erótico solo a perfiles que parecen reales o que me den confianza.

A mis videos les pongo mis datos de contacto, por si llegasen a filtrarse sepan que soy yo.

Cuido mucho mis datos personales reales, no están en internet y cada vez los uso menos.

Me es importante que lxs TS y TSV estamos agrupadxs y tenemos contacto, nos cuidamos entre nosotrxs, de todas maneras, todo lo que se sube a internet queda ahí y es imposible poder controlar que no se filtren videos o fotos por más que unx se cuide. Soy consciente de eso.

¿Tu familia y amigos lo saben?

Mis amigxs sí lo saben y en mi familia solo lo saben algunxs.

En general he recibido mucha aceptación y todo normal, pero no le he contado a quienes creo que me discriminarían.

¿Te consideras feminista? ¿Por qué?

Claro que sí. No le encuentro sentido al abolicionismo.

Creo que no hay nada más feminista que hacer lo que desees con tu cuerpo. 

Hacer porno teniendo un cuerpo como el mío que no encaja en los estándares de belleza es un tipo de militancia, hago porno feminista y autogestivo, en el cual yo como mujer no soy una persona humillada, si no que soy una persona que goza y se empodera de su cuerpo, que no es esclavizada en un trabajo y que no tiene por qué sentir vergüenza de exhibir un cuerpo no hegemónico.

¿Crees que este trabajo te libera?

Creo que yo era una persona libre, desde antes de este trabajo, pero lo que sí me ha enseñado este trabajo y que de alguna manera es una liberación es a poner límites (le pongo muchísimos límites a lxs clientes, no cedo ni un poco en lo que deseo) y a aceptar mi cuerpo. 

Si creo mucho en la liberación sexual, en la exhibición deseada, en performar sensualidad y sexualidad, en hacer un porno para todxs y que sea educativo, en el empoderamiento de los cuerpos y en normalizar la sexualidad de los cuerpos disidentes.

¿Has conocido a alguno de tus clientes personalmente?


No, nunca, pero quizás sí lo haría.
Hay varios que me caen bien y que si no fuesen mis clientes seríamos amigxs.

¿Qué es lo más raro que te han pedido?
Una videollamada para hablar sobre arquitectura (risas).

¿Con cuál género se identifican la mayoría de tus clientes?
Masculino. El 98% de mis clientes son hombres.

¿A veces no te da miedo?

Sí. Me encantaría ser una TSV visible, o sea, que no tenga que esconder mi identidad, pero me da miedo más que nada la sociedad, que juzga a lxs TS y somos marginados. Principalmente temo a no poder hacer una vida en pareja, que mi familia me discrimine, que no me contraten en un trabajo al que postule, que alguien me acose, y todas las cosas a las que lxs TS estamos expuestos, siendo que no cometemos delito alguno al trabajar con nuestro cuerpo.

¿La paga es buena? 
La paga puede llegar a ser buena si trabajas mucho, estudias, sos creativx, sos activo en las redes sociales y haces materiales que estén buenos. Todo esto lleva un montón de trabajo y tiempo, no es tan fácil como pareciera.

Yo me manejo de forma autogestiva, eso significa que vendo mi propio material sin intermediarios.

Las páginas porno donde me exhibo sirven para captar clientes y venderles por mi propia cuenta, al igual que mis redes sociales.

¿Has construido una fantasía sexual a partir de esto? 
En realidad, todo partió por una fantasía jaja. Fantaseaba con mostrarme por webcam, así que creo que la fantasía construyó mi trabajo.

¿Cómo vives y sientes tu sexualidad a partir de esta práctica?
Creo que desde antes de hacer porno ya tenía prácticas sexuales que salen de la norma, pero este trabajo lo ha exacerbado. A partir de mi trabajo he conocido gente que comparte las prácticas sexuales disidentes y he probado muchas cosas.

También, me es difícil a veces salir con gente “más normal” que no tiene estas prácticas, ya que puede generar un tipo de fantasía y quieren que les enseñe todo o son más conservadores y no les copa mucho o no me ven como alguien con quién podrían tener una relación. Esas cosas pueden llegar a ser incómodas, por eso en general salgo con personas con las cuales me siento cómoda.

@burning_r0s3

Por último, les comparto algunos fragmentos del libro de Virginie Despentes, Teoría King Kong (2006), que me parece que van acorde con esta publicación: 

“Una frase de un cliente me ha marcado, una frase repetida varias veces, por distintos hombres, después de sesiones muy diferentes unas de otras. Me decían, en tono suave y algo triste, en todo caso, resignado: “Es a causa de hombres como yo que chicas como tú hacen lo que hacen”. Era una manera de reasignarme a mi posición de chica perdida, probablemente porque yo, no daba suficientemente la impresión de sufrir con lo que hacía. Era también una frase que venía a expresar lo doloroso que es el recinto del placer masculino: lo que a mí me gusta hacer contigo produce forzosamente infelicidad. A solas con su culpabilidad. Es necesario que se avergüencen de su propio deseo, incluso si encuentran satisfacción en un contexto que no causaría dolor, donde ambas partes podrían satisfacerse.


El deseo de los hombres debe herir a las mujeres, ultrajarlas. Y, en consecuencia, debe culpabilizar a los hombres. De nuevo, no se trata de una fatalidad, sino de una construcción política. Actualmente, los hombres dan la impresión de querer liberarse de este tipo de cadenas. Más bien al contrario. 

No estoy afirmando que en cualquier condición y para cualquier mujer esta forma de trabajo resulte anodina. Pero teniendo en cuenta que el mundo económico actual es lo que es, es decir, una guerra fría sin piedad, prohibir el ejercicio de la prostitución en un marco legal adecuado, es prohibir a la clase femenina enriqueserse y sacar ventaja de su propia estigmatización. 


…Cuando los hombres sueñan que son mujeres, se imaginan más fácilmente siendo putas, excluidas y libres de movimientos, que siendo madres de familia preocupadas por la limpieza del hogar. A menudo las cosas son exactamente lo contrario de lo que nos dicen que son, por eso nos lo repiten con tanta insistencia y brutalidad. La figura de la puta es un buen ejemplo: cuando afirmamos que la prostitución es una “violencia contra las mujeres” es para que olvidemos que es el matrimonio lo que constituye una violencia contra las mujeres y, de modo general, todo lo que aguantamos. Aquellas que se dejan follar gratis deben seguir diciendo que su opción es la única posible, si no ¿cómo las retendríamos? La sexualidad masculina en sí misma no constituye una violencia contra las mujeres, si estas consienten y están bien pagadas. Lo que resulta violento es el control que se ejerce sobre cada una y cada uno de nosotros, la facultad de decidir por nosotros lo que es digno y lo que no lo es. 


(Cabe acotar, que esto, claramente está abordado desde una perspectiva binaria)

Pd: volver a este libro que ya tiene 14 años y que además dentro de sus páginas se hacen referencias también a cosas escritas en los 90, y pensar que son ideas que vienen más atrás aún, pero siguen teniendo mucha vigencia, hablan mucho de lo lento que son los cambios aunque no parezcan.  


Recomendación: Hot Girls Wanted también hay una serie de varios capítulos que derivó de este documental Hot Girls Wanted Turned On

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