Día Mundial del Arte: una historia escrita sobre la base de la explotación de mujeres

Aprovecho que hoy es Día Mundial del arte, para reflexionar sobre cómo los museos están llenos de imágenes de mujeres, a menudo pasivamente representadas por artistas masculinos y la intimidad como parte de la obra que esconden comportamientos depredadores, asesinos, abusos sexuales, pedofilia, etc y quizás para aquellas épocas no era alarmante, sin embargo, en la historia que se escribe hoy, es de suma importancia darle contexto a dichas obras para tener una postura más crítica frente a lo que consumimos como “normal” y que esconden conductas que siguen perpetuando posiciones de abuso.

La historia de la belleza

En el libro de Umberto Eco “Historia de la belleza” se hace una revisión histórica y explica a partir de qué momento se comenzó a asociar a las mujeres con la belleza (ya que los “ideales de belleza” tienen siglos) y porqué se hicieron tantas pinturas enfocadas en mujeres, que por supuesto tiene que ver con un tema de relación de poder desigual entre hombre-mujer.

Los hombres con un papel predominante en aquellas épocas, los cuales en su mayoría además de tener un rol activo en las profesiones artísticas, eran quienes tenían el poder adquisitivo para comprar obras de arte y evidentemente, sus deseos eran ver/consumir imágenes de mujeres, por ende, la figura de la mujer comenzó a adquirir un rol de “musa y objeto”. Como expresa la artista Leah Schrager: “La historia del arte es en gran medida la historia de artistas masculinos que se benefician de la sexualidad femenina”.

Por ejemplo, en el Medioevo, el ideal de belleza femenina para los hombres se trataba de una joven virginal, de senos pequeños, dispuesta a casarse y embarazarse inmediatamente. Será pues en el Renacimiento, siglos XV y XVI, cuando las mujeres sean consagradas como el “bello sexo”, y se conviertan en inspiración de himnos, debates filosóficos, expresiones pictóricas y literarias, así como esculturas que las engalanan vestidas y desnudas, resaltando el ennoblecimiento divino de su belleza física, moral y espiritual, con representaciones como la madonna con el bambino así como con el estudio estético de la mujer en sí misma. (Garaycochea, 2007; Lipovetsky, 1999; Greer Germaine, 2004, cit. Por Herbert, 2015)

Ese ensalce femenino distó mucho de cambiar las relaciones jerárquicas reales que subordinaron la mujer al hombre, y por el contrario contribuyó a reforzar el estereotipo de la fragilidad y pasividad femenina, así como su inferioridad mental y la condena perpetua a depender de los hombres. De hecho, en el siglo XIX, se produjo un fenómeno que Flügel (s.f., cit. por, González, 2003) denominó la “gran renuncia masculina” (desvanecimiento del color y mayor utilidad a las prendas masculinas, ocurridos durante este siglo), a raíz del cual las mujeres fueron concebidas como adorno del hombre y determinantes de la posición social de aquel momento. (Lipovetsky, 1999 cit. por Herbert, 2015) 

La belleza como bien de consumo

Garaycochea (2007) dice que la celebración de la belleza femenina solo pudo llevarse a cabo entre las élites aristocráticas hasta finales del siglo XIX. Solo las mujeres de ese público eran homenajeadas artísticamente al tiempo que eran las únicas dichosas de practicar el culto de la estética que solo respondía a la aceptación y aprobación social.

(Pueden ver esto extendido en la página 40 de este enlace: Historia de la belleza)

Hay una serie de artículos de unos años atrás, que me parecen que están muy buenos para reflexionar entorno al tema de Priscilla Frank, una reportera que escribía sobre arte y cultura para HuffPost, no están en español, así que dejaré los títulos en inglés y en caso de no saber, lo que pueden hacer es descargarse un plugin para traducir la página que es más cómodo que copiar y pegar en el traductor de google.  

Para seguir leyendo sobre el tema:

– The case of Terry Richardson, and the predatory men who hide behind «art»

In the #Metoo Era, do these paintings still belong in a museum?

What It’s Really Like To Be An Artist’s Muse

-Picasso’s Nude Portrait Of A Pubescent Girl Sells For $115 Million Against Backdrop Of Me Too

-How Photographers Created The Images That Will Define The Me Too Era

-Misogynoir, Celebrity Worship Made The Media Botch Reporting On R.Kelly-Aaliyah ‘Marriage’

Otros artículos (otras autoras)

-¿Debemos separar la obra de su creador?

-Mujeres como botín de guerra

-Las mujeres en la historia del arte

 -Our Cultural Obsession With ‘Pretty Dead Girls’ Began Long Before ‘Twin Peaks’

-The Story Of Orra White Hitchcock And The Women Whose Modesty Hides Their Talent

-El arte de las mujeres

-El Techo de cristal en el arte

-Go Ahead, Take This Opportunity To Say You Always Hated A Creep’s Art

Sé que hay gente que por querer disfrutar del arte “sin culpa”, prefieren ignorar estas cosas, pero sepan que no está mal conocer más allá de lo que vemos para cambiar nuestra percepción y nuestras ideas frente a lo que consumimos, para así tomar cierto grado de responsabilidad frente a conductas de mierdas que, por fingir que no lo vimos, dejamos pasar y en consecuencia normalizamos.

Además, sabemos que hay obras que sobreviven independientemente del artista, que nos gustan, nos atraen y puede ser contradictorio porque no podemos creer que detrás de una maravilla esté una persona de mierda, pero hay que partir de la base de que: antes que un “artista” es un humano lo que está detrás, una persona que va cambiando, que no es la misma que creó algo a los 15 años que a los 30, que no es la misma antes/después de un accidente, que quizás hizo una obra de alguien que quería, pero luego hizo una de alguien de la cual abusó y frente a esto, etc, el arte no está por encima de las leyes ni las decisiones/responsabilidades que debemos asumir frente a las injusticias para que estos no se salgan con la suya en nombre del arte, porque son como los que cometen asesinatos masivos en nombre de Dios y los que comenten delitos deben pagar y el arte no es su defensa.

 

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